domingo, 27 de abril de 2014

Vocacionando

Hace algo más de un año charlando con un muy viejo pintor cuyano  a propósito de la jubilación , cuando le pregunté qué opinaba al respecto,  sin la humildad que lo caracteriza, me respondió: Eso es cosa de viejo….  pero no se quedó ahí, fue por más y largó;  de “viejo tonto”. Claro, si un hombre ha hecho a lo largo de su vida algo  que no le gusta por supuesto que desde hace un largo tiempo espera por jubilarse de aquello que lo agobia, pero en mi caso mijito yo no me quiero jubilar de ninguna manera al contrario lo que yo quiero es seguir pintando.
   Es campechano al hablar y justamente ese modo rústico de hacerlo sumado a la vitalidad y el pulso de un joven muchacho con que se lo ve desplegar el pincel  a sus 88 impecables abriles es lo que da credibilidad y sostén a su persona.
   El viejo Bermúdez me dejo pensando en  esto de quién se va a querer jubilar de lo que más le gusta hacer ,cuando contrariamente podría decirse, que es justamente de lo que uno no quisiera jubilarse jamás.
  Y entonces en otra escala ya no pensando en el ocaso de la vida, sino en el ocaso del año aparece el asunto de las vacaciones,  cuántas veces  hemos escuchado decir a más de unos cuantos: Estoy harto hermano,  me quiero ir de vacaciones estoy reventado no doy más. Purgar en 2 o 3 semanas un año de tortura.
   Hace ya un largo tiempo que me encanta la palabra vocación, pues más allá de su significado etimológico, descubrí que es una de los vocablos que literalmente más nos definen como especie, sea el oficio, trabajo o profesión que se trate. Si hay algo que nos dignifica a los humanos,  es qué,  y de qué manera hacemos aquello que hacemos.
  Entonces vocacionando o vocacionar suena mucho mejor que vacacionando o vacacionar.
  Al tipear por supuesto el diccionario del word no me acepta la palabra “vocacionar” dejándola subrayada  en rojo, mediante la opción agregar al diccionario, procedo.
  Intento  entender, no sin esfuerzo, que  a comienzo del año a mediados de año o a fin de año,  en mi país de origen, en la China o San Petersburgo me despliego del mismo modo, haciendo lo que soy en donde sea y como pueda que sea.

  Cuando llega fin de año y parto para otro lado (o cuando como  al pintor  Bermúdez se me asocie con la era del jubileo)  apenas si me voy con la música a otra parte, desde hace ya un tiempo que no me voy de vacaciones, me voy de vocaciones. 

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