Vocacionando
Hace algo más de un año charlando con un muy viejo
pintor cuyano a propósito de la
jubilación , cuando le pregunté qué opinaba al respecto, sin la humildad que lo caracteriza, me
respondió: Eso es cosa de viejo…. pero no se quedó ahí, fue por más y
largó; de “viejo tonto”. Claro, si un
hombre ha hecho a lo largo de su vida algo
que no le gusta por supuesto que desde hace un largo tiempo espera por
jubilarse de aquello que lo agobia, pero en mi caso mijito yo no me quiero
jubilar de ninguna manera al contrario lo que yo quiero es seguir pintando.
Es campechano
al hablar y justamente ese modo rústico de hacerlo sumado a la vitalidad y el
pulso de un joven muchacho con que se lo ve desplegar el pincel a sus 88 impecables abriles es lo que da
credibilidad y sostén a su persona.
El viejo
Bermúdez me dejo pensando en esto de
quién se va a querer jubilar de lo que más le gusta hacer ,cuando
contrariamente podría decirse, que es justamente de lo que uno no quisiera
jubilarse jamás.
Y entonces en
otra escala ya no pensando en el ocaso de la vida, sino en el ocaso del año
aparece el asunto de las vacaciones,
cuántas veces hemos escuchado
decir a más de unos cuantos: Estoy harto
hermano, me quiero ir de vacaciones
estoy reventado no doy más. Purgar en 2 o 3 semanas un año de tortura.
Hace ya un
largo tiempo que me encanta la palabra vocación, pues más allá de su
significado etimológico, descubrí que es una de los vocablos que literalmente
más nos definen como especie, sea el oficio, trabajo o profesión que se trate.
Si hay algo que nos dignifica a los humanos,
es qué, y de qué manera hacemos
aquello que hacemos.
Entonces
vocacionando o vocacionar suena mucho mejor que vacacionando o vacacionar.
Al tipear por
supuesto el diccionario del word no me acepta la palabra “vocacionar” dejándola
subrayada en rojo, mediante la opción
agregar al diccionario, procedo.
Intento entender, no sin esfuerzo, que a comienzo del año a mediados de año o a fin
de año, en mi país de origen, en la
China o San Petersburgo me despliego del mismo modo, haciendo lo que soy en
donde sea y como pueda que sea.
Cuando llega
fin de año y parto para otro lado (o cuando como al pintor
Bermúdez se me asocie con la era del jubileo) apenas si me voy con la música a otra parte,
desde hace ya un tiempo que no me voy de vacaciones, me voy de vocaciones.
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