lunes, 28 de abril de 2014

“Shalom Jorge Guinzburg”

Morir se muere “cualquiera”, pero, hay algunos que son mucho más que cualquiera, sobre todo por que son mas que “uno”, quiero decir que son varios en uno, y no solo varios en uno , sino, que todos esos en uno son ¡brillantes! y no justamente por lo que los brillantes cuestan si no por lo que brillan.
   Así fue en vida Jorge Guinzburg, un hombre que brillaba en todas sus facetas, como periodista (grafico, televisivo y radial), como humorista (era un gran capo cómico), como productor, conductor, pero por sobre todo era un hombre con valores, escaso en el egoísmo que hoy impera.
   Algo que tenía Jorge G. y que no existe en el medio artístico (donde siempre se movió) es que él brillaba y hacía brillar a los demás. Lo que trato de  decir es que en los “medios” Tv, teatro, cine, periodismo en general, existen quienes están atrás, y desde el anonimato impulsan a otros para que se destaquen; tales como  directores productores y guionistas,  por el  otro lado  están quienes tienen la capacidad de destacarse a sí mismos exponiéndose, suelen ser actores, músicos y periodistas
  Guinzburg era realmente especial, desde siempre lo admiré pero al comienzo no sabía bien por qué, justamente por esa extraordinaria y humana perspectiva de saber brillar y hacer brillar a los otros.
   Claro que él  no me conoció a mí,  pero otros tantos  como yo sí pudimos conocerlo bastante  porque era un tipo transparente, tamaña humanidad en alguien tan bajito y  tan enorme a la vez.
  Si se me permite, siento tener algo en común con él;  su origen religioso,  era judío, (no lo disimulaba como tantos otros del ambiente artístico) y qué bien señores representaba a sus compañeros de credo.
    Vaya en este gigante, la gran metáfora  que de alguna forma resume nuestro libro sagrado la Tora, “brillar sabiendo hacer brillar a los  demás”

Shalom Jorge Guinzburg.

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