lunes, 28 de abril de 2014

Querer lo que se logra

Un amigo me dijo una vez:
- No debí haber abandonado la madre de mi hijo nunca;  de haber insistido y continuar junto a ella todo hubiese sido distinto en mi vida.
En contrapartida otro amigo me dijo un día:
-Debí haber dejado la loca de mi mujer hace tiempo; no teníamos nada que ver uno con el otro.
En otra oportunidad un músico profesional  me confeso:
- De haber dejado el violín como profesión y sólo haberlo continuado  como un hobby  probablemente disfrutaría de la música
Escuche una vez  a una contadora decir:
-Si hubiese continuado con las acuarelas, ese día que tuve la infeliz idea de dejarlas para seguir el proyecto de mis padres, al  convertirme en la  contadora mediocre que hoy soy,  estoy segura que habría sido una feliz pintora
  Señores, la bola de cristal no es posesión humana y no hay futuróloga que garantice nada al respecto ¿Quién pudiera? lo que nunca habremos de saber...
  Los si yo hubiera…. Jamás  sirvieron a nadie para nada El momento preciso y crucial para de algo desistir o continuar es una sabiduría de no fácil adquisición, seria bueno ir sabiéndonos algo, pues solemos con frecuencia entorpecer la búsqueda hacia la propia felicidad
   Es que lejos de los valores que exaltan los patrones de mercado, está desdibujado lo más sublime con lo que los humanos contamos; la voz propia, la propia identidad. Hogares, clubes, colegios y universidades, como premisa educativa deberían promover en sus discípulos el inestimable valor de aprender a oírse, como puntapié inicial de una sociedad que pretenda instalar patrones de bienestar y convivencia.

  De igual modo, no pasamos por este mundo apenas para lograr lo que queremos, sino para aprender a querer lo que logramos. Y así en esta gozosa insistencia de ser en un ir siendo, en este gran concierto en el que cada integrante de la orquesta aporta lo suyo, adhiero a esa popular forma de categorizarnos; por un lado aquellos que agradecen el agua que la vida les vertió en su vaso,  y por el otro, los que se empeñan en ver lo que de agua falta en el suyo. Los que agradecen lo que  hay y los que lamentan lo que falta.

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