lunes, 28 de abril de 2014

Primordial
 
   Fue Santiago Kovadloff   (ni sospecha el maestro que lo tengo siempre tan presente) quien a partir  del título  de una de sus obras, “El silencio primordial” motivo a  esta nota El vasto análisis que el hace del silencio  lo asocie con  la quietud y con  lo invisible.
   Así como el habla  nace de ese “silencio primordial”  también  nuestros movimientos parten de una “quietud primordial”  y una visión solo se gesta  del “invisible primordial”: lo que el  silencio es al habla lo es la quietud al movimiento y lo invisible a la imagen.
   Durante años como docente en técnicas corporales para la formación de actores profesionales  escuche repetir insistentemente a la profesora  Paula Sinaí, (ferviente discípula de Patricia Stokoe mentora de la expresión corporal en Argentina) sobre el valor que tiene la quietud si es que de verdad se pretende gestar un movimiento que pretenda ser verdadero.
   Así como la forma más excelsa de la palabra; la poesía, encarna desde el más profundo de los silencios, de igual modo es a partir de la quietud  desde donde el cuerpo del actor  arrebata  la energía motora para su accionar,  tal como desde lo invisible es que el pintor o el escultor logran encender su obra.
   De algún modo cada cual es un creador de su vida y  solo desde donde convergen el todo y la nada confluye la esencia.
¿Existen las grandes almas? Claro que si, la historia construida y la que seguimos construyendo así lo demuestran, en ellos seguramente el silencio, la quietud y lo invisible han sido imprescindibles

   Los buenos libros y los grandes maestros como Santiago  desde el más profundo de los silencios (silencio primordial)  nos susurran el camino.

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