Primordial
Fue Santiago Kovadloff (ni sospecha el maestro que lo tengo siempre
tan presente) quien a partir del título de una de sus obras, “El silencio primordial”
motivo a esta nota El vasto análisis que
el hace del silencio lo asocie con la quietud y con lo invisible.
Así como el habla nace de ese “silencio primordial” también
nuestros movimientos parten de una “quietud primordial” y una visión solo se gesta del “invisible primordial”: lo que el silencio es al habla lo es la quietud al
movimiento y lo invisible a la imagen.
Durante años como docente en técnicas
corporales para la formación de actores profesionales escuche repetir insistentemente a la
profesora Paula Sinaí, (ferviente discípula
de Patricia Stokoe mentora de la expresión corporal en Argentina) sobre el
valor que tiene la quietud si es que de verdad se pretende gestar un movimiento
que pretenda ser verdadero.
Así como la forma más excelsa de la palabra;
la poesía, encarna desde el más profundo de los silencios, de igual modo es a
partir de la quietud desde donde el
cuerpo del actor arrebata la energía motora para su accionar, tal como desde lo invisible es que el pintor
o el escultor logran encender su obra.
De algún modo cada cual es un creador de su
vida y solo desde donde convergen el
todo y la nada confluye la esencia.
¿Existen
las grandes almas? Claro que si, la historia construida y la que seguimos
construyendo así lo demuestran, en ellos seguramente el silencio, la quietud y
lo invisible han sido imprescindibles
Los buenos libros y los grandes maestros
como Santiago desde el más profundo de
los silencios (silencio primordial) nos
susurran el camino.
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