lunes, 28 de abril de 2014

Palacio real

         Se nos revela aquí  en este monumental recinto la enorme cantidad de pobres humanos sosteniendo, al igual hoy,  un puñado de poderosos.
      Al recorrer los sucesivos salones, se respira la antiquísima explotación del hombre por el hombre, el imponente palacio real de Madrid – como el de tantos otros países -  exhibe toneladas de armas y armaduras forjadas con el yugo de multitudes por la imposición  de un puñado, al igual que hoy, el puñado que  dirige el destino de las naciones.
     Entristece el ambiguo entretejido de libertad teñida  con multitudinario sudor y sangre de cañón tan vigente  en  el siglo XXI como en aquellas tiranas realezas  de antaño.

 Hoy como ayer, la inequidad de lo que un día leí: Cada hombre  poderoso cuesta a su sociedad nada menos que la módica suma de mil pobres. 

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