Lo que sucede y lo que querríamos que suceda
Así tenia que ser….está escrito…..
maktub…. así Dios lo quiso.
¿Son
solo dichos? ¡Los dichos por algo son! Tanto se ha escrito sobre lo que el
destino dicta y lo que el libre albedrío busca, ¿Qué otra cosa se podría agregar?
Eran las ocho de la mañana, venía de traer a
mi hijo menor de la escuela, franca era
mi sonrisa por el capuchino que en
instantes estaría saboreando en el drusgtore que frecuento, oh sorpresa, cuando
llegué estaba cerrado, completamente cerrado, desaparecido, ese impacto que causa un local cuando todos
sus vidrios tapados con papel de diario nos impiden ver para adentro creando
una imagen de incertidumbre al no saber que pasará allí donde hasta hace apenas
un día – en este caso- había un café
Pensé
algo así como… y bue… no tenía que ser (mientras leía las necrologicas
en uno de los diarios del vidrio vaya a saber de que día pegado al vidrio) el
capuchino allí en ese preciso lugar ya no era posible, algo así como que el
destino dicta: ¡Aquí no!
Bien, el destino dice aquí no, pero de nuevo
el libre albedrío, estamos condenados a elegir una y otra vez y por más destino
en el que se quiera reposar de elegir no es posible zafar, y otra vez a decidir: ¿Me voy a atrabajar
derecho o antes me busco otro cafecito para desayunar? Al final me fui derecho
al trabajo, se ve que no tenía tantas ganas, o hice duelo de mi drugstore clausurado, de lo contrario me hubiese buscado otro bar.
¿Lo
del cafecito es bastante pelotudo no? pero a los efectos de un ejemplo simple y no tan dramático vale;
cuando se está decidido a ir tras de algo, no hay destino que a uno lo pare. De lo mucho que en nuestras vidas
suceda no culpemos al destino, dejémoslo obrar en paz.
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