lunes, 28 de abril de 2014

Lento

         Desconozco en profundidad las bases en que se sostiene este contemporáneo movimiento, apenas se que su origen  remite a Italia ( Roma) como oposición a la instalación de uno de estos locales que ofrecen chatarra gastronómica justamente en el rentable y práctico negocio que fomenta el Fast food. En sus orígenes (1986) el movimiento se gestó reaccionariamente como Slow food justamente en que el rito del comer debe practicarse de forma lenta.
  El Slow ya extendido de un modo mas genérico propone entonces tomarse el tiempo necesario para el saboreo de prácticas que ameritan despaciosidad, algo así como  cuanto más lento mejor.
     En trazos generales en el lugar donde aparece el veneno es donde hay que encontrar el antídoto, por ello no es casual que en las regiones en el que el trajín y la voracidad transforman caminar en correr y correr en volar  (porque la velocidad en el ritmo de vida manda y mata) haya surgido  este movimiento.  “El slow” ha  encontrado en estas regiones  (paradójicamente de forma rápida) adeptos para esta invitación a la lentitud.
  Claro que esto lleva a profundos cambios sociopolíticos pues para tomarse más tiempo para ciertas cosas que indiscutiblemente valen la pena, es indispensable, por ejemplo, una reducción en  la exagerada  carga horaria que soportan quienes solo tienen tiempo para trabajar, dormir y  volver a trabajar ( y rápido).
        El consumismo junto al marketing y la publicidad nos acechan y resguardarse de ellos es la tarea. La famosísima gaseosa (que no por nada destina el porcentaje más alto de sus archimillonarios ingresos en publicidad, para seguir sosteniendo el gaseoso liderazgo) muestra una breve historia publicitaria en donde ante una veloz secuencia de imágenes entre nacimiento, bautismo, cumpleaños, casamiento, un hombre se nos presenta  anciano sobre el final de la publicidad rematando de forma lapidaria: ¡La vida pasa muy rápido hace que los momentos sean felices, toma Coca-Cola!

    Si de algún modo pudiésemos organizarnos para comer más lento, leer más lento, hacer el amor más lento, practicar deportes más lento, pensar decidir y  programar más lento,  probablemente la vida no se pasaría tan rápido y adhiriendo a este movimiento slow e intentando no quedar fuera de contexto por la época en que nos toca vivir proclamo a modo de coca colero slogan: ¡Hace que la vida no pase tan rápido, date  tiempo, y en vez de cola toma aire y respira!

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