lunes, 28 de abril de 2014

La memoria

Lo que da profundidad a la acción que se  plasma en cualquier trabajo, oficio o profesión es la memoria. ¿La memoria de qué? De lo que verdaderamente fue observado, masticado, saboreado  y despaciosamente digerido a través del tiempo, es decir lo  profundamente vivido
El pintor norteamericano del siglo XX Edward Hopper conseguía transmitir en sus pinturas estados de extremo humanismo y profundidad psicológica justamente creando sus obras desde la memoria, esto  remite también al destacado pintor francés Degas quien comenta: -“Es interesante representar lo que se ve, pero es mucho mejor pintar lo que se tiene guardado en la memoria”
La memoria sabe recortar lo estrictamente necesario, aquella conmovedora intimidad  y que Hopper supo focalizar en los personajes de sus pinturas (véanlas).
 En épocas en que impera la inmediatez y se venera la instantaneidad ¿Tendremos la posibilidad de gestar aquello que solamente otorga  un pausado y minucioso recorrido?
¿Será posible tomarnos el tiempo y la paciencia necesaria como para edificar despaciosamente lo que un día será recuerdo en la memoria? 
Hoy no memorizamos ni un número de teléfono,  pues queda grabado en la memoria del celular,  seguramente los jóvenes de hoy, como revolucionaria generación que son,  estén gestando algo que llegue incluso a dar mejores frutos que la memoria.

¡Que así sea!

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