La
memoria
Lo
que da profundidad a la acción que se
plasma en cualquier trabajo, oficio o profesión es la memoria. ¿La
memoria de qué? De lo que verdaderamente fue observado, masticado, saboreado y despaciosamente digerido a través del
tiempo, es decir lo profundamente vivido
El
pintor norteamericano del siglo XX Edward Hopper conseguía transmitir en sus
pinturas estados de extremo humanismo y profundidad psicológica justamente
creando sus obras desde la memoria, esto
remite también al destacado pintor francés Degas quien comenta: -“Es interesante representar lo que se ve,
pero es mucho mejor pintar lo que se tiene guardado en la memoria”,
La
memoria sabe recortar lo estrictamente necesario, aquella conmovedora
intimidad y que Hopper supo focalizar en
los personajes de sus pinturas (véanlas).
En épocas en que impera la inmediatez y se
venera la instantaneidad ¿Tendremos la posibilidad de gestar aquello que
solamente otorga un pausado y minucioso
recorrido?
¿Será
posible tomarnos el tiempo y la paciencia necesaria como para edificar
despaciosamente lo que un día será recuerdo en la memoria?
Hoy
no memorizamos ni un número de teléfono,
pues queda grabado en la memoria del celular, seguramente los jóvenes de hoy, como
revolucionaria generación que son, estén
gestando algo que llegue incluso a dar mejores frutos que la memoria.
¡Que
así sea!
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