La pastilla azul
Hoy, todo es
posible.
Recuerdo de
joven conversaciones con mi abuelo ya muy mayor, quien me contaba que una de
las cosas que más le abrumaba de la vejez era la imposibilidad de concretar el
acto sexual. Hace poco un psicólogo amigo me decía la frustración que implicaba para él como terapeuta resolver
desde la terapia la impotencia sexual en pacientes varones. El popular actor Jack Nicholson promueve públicamente y a viva voz la pastillita azul porque otorga
a personas de su edad la posibilidad de seguir disfrutando a pleno de la
sexualidad.
Ahora pensemos en personalidades relevantes en el
campo de las letras y el arte (es aquí donde pretendía llegar con el asunto)
que con su extraordinaria sensibilidad y talento trascienden el tiempo,
genialidades como el escritor Frank
Kafka, el poeta Fernando Pessoa, o el pintor Salvador Dalí. En ellos, su
conmovedor arte centraba en el vacío, en la angustia insaciada, ese desasosiego
encarnado en la figura de Pessoa como eje de su poética
¿Dónde buscaban? ¿Desde dónde partían? Lo hacían desde lo inalcanzable, desde lo
humanamente inacabado.
A Pessoa se
le conoció un único amor, su novia Ofelia Queiroz y por lo que se deja ver en
sus relatos este fue más platónico que otra cosa.
Salvador Dalí -
excéntrico surrealista de alta exposición- manifestaba su declarada impotencia
sexual canalizada a lo largo de su obra enfatizando lo fálico, probablemente,
como la propia imposibilidad sexual.
Me siento
parte de una época en la cual nos han hecho creer (contando con nuestra
complicidad) la idea de que todo es posible, algo así como que lo que no se
tiene naturalmente, en alguna parte se debe de poder comprar.
Disfrazar las
arrugas del envejecimiento, agrandarse los senos a la medida deseada, pasar de ser hombre a mujer o de negro a
blanco sin escalas, en unas cuantas sesiones, pasó a formar parte del folclore
del siglo XXI como ya tan bien lo anticipaba el siglo XX en una era que
desplazaba los límites conocidos.
El hombre
es inconcluso, no somos sino siendo, de
allí que el disparador a través de la
historia haya tenido que ver con lo inalcanzable, esa angustia de Dalí
nacida por el tiempo que se derrite sin
que podamos impedirlo, el desasosiego de Pessoa tras esa fecunda poética de la
“saudade” de lo que no pudo ni podrá ser. Ellos nos pintan que nuestras vidas tienen sentido justamente por la inacabada especie que
somos.
¡ I love you viagra ¡ Gritan justificadamente muchos
de los usuarios, ahora ¿qué será de la
prolífica humanidad, en la medida que todos los no posibles sean resueltos como
ocurre hoy con la tan demandada pastillita
azul?.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario