lunes, 28 de abril de 2014

La muerte venga a los genios

  Los hombres pasan; los de la política, los de la guerra, los de los grandes negocios, nosotros los hombres comunes ni que hablar, pero los genios…ah… los genios del arte no.
La mayoría de los mortales trabajamos en vida para descansar con la muerte,
en cambio los genios, incluso muertos trabajaran, dice el escritor francés del siglo XIX Víctor Hugo: Esquilo, Isaías, Dante, Miguel Ángel, Cervantes, Shakespeare, Rembrandt, Beethoven aun trabajan. ¿En qué trabajan? expandiendo el alma de aquellos que estamos vivos.
De mucho puede prescindirse, pero el arte…. la poesía… la música….de eso no, una necesidad inmortal, entonces los elegidos, muertos al fin, siguen aquí más vivos que cuando estaban vivos.
Shakespeare no pudo muchas veces escribir lo que quiso, en la Inglaterra de su siglo no podía decirse la palabra Dios fuera de la iglesia, cuando quería expresarlo escribía en los textos la palabra cielo, y a Cristo lo reemplazaba por Júpiter (es difícil entender de que falta de libertad nos quejamos muchos en estos días) En su época, nada menos que William Shakespeare debió autocensurarse para lograr su cometido.

La muerte los torna a ellos más vivos que nunca, coloca a los genios en el lugar que siempre merecieron, y compensa aquello que cuando estaban  vivos debieron padecer, la muerte los ha vengado, esa inexorable y penosa falta de reconocimiento que los adelantados sufren mientras el corazón les late.
En fin, aunque ellos no se den por enterados, o quién sabe si; “La muerte venga a los genios”.

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