Familia
SOS
Que
la familia esté pasando por su peor momento, no es algo que pueda afirmarse así
como así. Que hoy existen más cantidad de divorcios y separaciones
matrimoniales, es innegable pero no menos cierto es que tiempo atrás la
hipocresía de la institución era moneda corriente, pésimas relaciones de familia puertas adentro
exhibían armonía almidonada puertas para
afuera, las apariencias y el qué dirán ganaba ante cualquier otro interés.
Hoy
cuando hablamos de familia se hace difícil pensarla exclusivamente en términos
de aquel formato clásico de papá, mamá y
los niños, lo que si es cierto es que
años atrás, ante cualquier inconveniente familiar que perjudicase a sus integrantes- en
especial a quienes más lo sufren: los niños- existía una asistencia natural y
espontánea
El barrio, el club, la escuela y el resto de la
parentela, allí estaba espontáneamente cual los mejores asistentes sociales,
sin necesidad de ser solicitados, conozco de cerca casos en que el entorno
próximo ayudó a salir a flote a quienes lo necesitaron.
Hoy en pleno siglo XXI,
aquellos frescos espacios de contención han desaparecido; la polaridad
social de estas perversas leyes de mercado nos han fragmentado, la inseguridad
y la alienación dejan marginados por todas partes y en todos los sectores.
Lo
que antes teníamos allí naturalmente al alcance de la mano, hoy hay que salir a buscarlo. Internet es el
único servidor espontáneo, un gigante virtual pero de poca profundidad y lo que ofrece no es lo que justamente más
requerimos; cuando hay carencia. Hoy abundan, y no es casual, gabinetes
psicopedagógicos, psicólogos y psiquiátricos infanto- juveniles para asistir a
la enorme demanda. .Pero es ingenuo pensar que su valioso aporte sea
suficiente, como para reemplazar la ausencia de los espacios naturales.
El
exquisito pedagogo italiano Francisco Tonucci insiste con su importante
proyecto dirigido específicamente a volver a poblar las calles de niños y
jóvenes -“la ciudad de los niños”- ello según el propio Tonucci devolverá seguridad y tranquilidad a las
ciudades, los niños conllevan una autorregulación que pone freno a la violencia y la
incomunicación con su sola presencia de
forma espontánea.
¿Es
hoy la familia una estructura más problematizada que antes? Habría que ver, lo
que sí es claro, es que muchos de sus integrantes piden socorro y ya no están
como antes allí esperándonos; el barrio, las plazas,
los clubes, los amigos y los parientes.
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