lunes, 28 de abril de 2014

Estrategias

  Difícil se hace transmitir y educar a nuestros hijos
  Algo  de la época propone la ley del menor esfuerzo (probablemente a causa de errores en nuestra generación, mi vieja sabiamente suele repetir; a padres trabajadores hijos cansados) Salen muchas noches por semana, se acuestan tarde, se levantan tarde, abren la heladera, comen y vuelven al sofá a dormir, se levantan y pasan a la compu y doblados en la silla se pasan en el face book  tres horas, de ahí vuelven al sofá y otra vez doblados con la columna hecha un ocho prenden el canal de Sony (obvio con el control)  y se ven tres tiras americanas seguidas, luego de nuevo a la heladera se llevan un plato con muchas calorías de nuevo al sillón y con el celular empiezan los mensajes o las llamadas con quienes tienen línea sin cargo (para comunicarse con lo que no tienen línea sin cargo te piden tu celular). Respecto del estudio, bueno,  con el tiempo que les sobra no creo que puedan estudiar mucho.
   Hace unos días le pregunte a un amigo como andaba la relación con su hijo mayor, el pibe de 19 es muy inteligente estudia ingeniería, igualmente forma parte de esta generación de la que hablamos. Cuestión que me relata, siempre buscándole la vuelta al vínculo con el hijo, que encontró una forma que le está funcionando y medio con vergüenza me dice: “Mira es medio pelo lo que hice  pero en un determinado momento le largo al heredero:
-Che ¿si en vez de dormir a la mañana hasta tan tarde te pones firme con las materias de la carrera que siempre te gustó,  así no te bochan?
- A que te juego que no me bochan (responde el hijo)
-Con lo que estas estudiando te juego que si”.
  El asunto es que mi amigo (que sigue el relato con cola de paja) me dice que  le hizo una apuesta y le propuso lo siguiente; 
Mirá  si  a vos te bochan me tenes que pagar 50 pesos pero si vos aprobas yo te premio a vos con 300
Meta ( contesta el flaco y sellan con un apretón de manos)
  Cosa de no creer, pero desde la apuesta esta aprobando una materia detrás de la otra, mira con la huevada que lo vengo a motivar casi sin darme cuenta, es un papelón pero está funcionando.
  Entonces me vino a la memoria un reportaje al brillante guitarrista de flamenco Paco de Lucia que escuché hace unos cuantos años en la televisión española y que tiene mucho que ver con esto y se lo a conté a él  para  aliviarle la carga por su accionar. El periodista le pregunta al virtuosísimo Paco:
- ¿Cómo es que llegó a convertirse en el diestro músico que es hoy?
Sentí que el entrevistador esperaba una respuesta compleja (tal vez el que la esperaba era yo),  pero no,  así sencillo como es  De Lucia le responde al entrevistador:
-La cosa fue simple,  mi padre, un  hombre de trabajo común, humilde   y no muy leído me regaló una guitarra cuando yo era niño,  cuando me la entregó me dijo: “Mira hijo, por cada hora que toques la guitarra te pagare 1 duro”. Así es que desde mi más tierna infancia me acostumbré a tocar mas de 5 horas por día este instrumento del que nunca me separé, es lógico estaba motivado, cada hora era un duro mas que ganaba, , eso es todo.

   Con tal de aproximarse a un hijo en su desarrollo y poder llegarle en la motivación cualquier  idea a probar bien vale la pena, claro que pagar a un hijo para que estudie, así literalmente, tal vez no sea lo más correcto. De todos modos con Paco funcionó, parece que con el hijo de mi amigo también, tal vez pueda probarlo con el suyo, en una de esas le funciona. Lo que si,  haga bien los números por que con la inflación que hay siempre en nuestro país, seguro que enseguida el Guri  le estará pidiendo un aumento por la nueva materia y si usted no accede, seguro que le hace un paro general.

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