Desentramado
Si tuviera que elegir una sola palabra que simbolizara
la diferencia entre civilización y salvajismo elegiría: entramado.
En el orden
social, intelectual y cultural, un
pueblo dependerá fundamentalmente de lo entramado o desentramado en que sus habitantes y diversos
sectores se encuentren.
Un hombre de
los medios de comunicación (demasiado estereotipado en su modo de comunicar)
acertaba cuando en sus programas de interés general repetía:
- Y si señores,
todo tiene que ver con todo, y me
permito agregar; “todos tenemos que ver con todos”, pues de no ser así, las
cosas van muy mal.
Resolver
individualmente los dilemas que se nos
plantean a lo largo de la vida no está
mal, pero para ser hombres y mujeres en serio de ninguna manera es suficiente.
Comprometerse con el prójimo es crucial,
claro que nadie puede ser comunidad sin ser sujeto, la construcción del yo y del yo con el otro,
debería darse en simultáneo y es así que tiene que ser impartida la enseñanza
desde las bases. Entender que lo que al otro le sucede “nos” sucede sólo se aprende si alguien nos lo enseña, de
lo contrario aceptamos el estado de salvajismo egoísta con absoluta
naturalidad, ignorando nuestra esencia;
el entramado convivencial.
Desaprender lo mal aprendido e intentar
aprenderlo bien, para transmitirlo a la descendencia urge
y para ello nada mejor que formularnos preguntas, y cuanto más
simples más aclaran .¿De dónde vengo?
Vengo de dos, no hay uno sin dos. ¿Quién soy?
Soy con el otro, sin el otro no soy. ¿A dónde voy? , sólo, a ninguna
parte.
Que un día
dejamos de vivir, no quiere decir
que lo que hicimos por la familia, por el club, el barrio, el hospital, la
escuela, la biblioteca, no siga vivo
inscripto en el tiempo de todos los tiempos, el de la eternidad.
Ser hasta el final, con, y por los demás es
la única forma de hacerlo por nosotros
mismos.
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