De
maestros y discipulos
Dejando
otros ejes esenciales que conlleva la compleja relación maestro discípulo, el
punto crucial que entabla este encuentro, es justamente el momento en que los roles se entrecruzan, es decir, el
aprendiz se convierte sin pretenderlo en
maestro, y este a su vez en discípulo de su alumno, en una dinámica
inigualable, apasionante y riesgosa; “la transmisión de conocimiento”.
El escritor y ensayista George Steiner, se
refiere al escritor portugués Fernando
Pessoa como a alguien “exiliado de sí mismo” pues el brillante poeta habitaba en sus ideas
más que en él mismo, se valía de la heteronimia para volcar sus exquisitas
facetas literarias sobre papel en diferentes identidades..Así, Álvaro De
Campos, Ricardo Reís, Alberto Caeiro firman a pie de página, oficiando como
aristas que conviven bajo la piel de un mismo ser, el propio Fernando Pessoa.
Traigo a colación este ejemplo, ya que aquí se da una relación esencial en el
concepto de magisterio y discípulo, a cuenta
de que cada uno reflexiona y escribe según la especialidad que lo
caracteriza (aun siendo todos el mismísimo Pessoa).
Más allá de este notable caso del cuarteto
Pessoa (cuatro en uno) la densidad que
se pone en juego en el proceso del aprendizaje está impregnada de subjetividad,
es decir de la forma particular en que cada uno de nosotros cataliza la
enseñanza recibida del maestro y cargada de personalidad puede ser
trasmutada en una nueva idea. Así
entendido, un mismo concepto resuena en cada discípulo de modo particular,
según su historia personal, sus creencias y aptitudes; cada cual procesa una
misma enseñanza de forma diferente con un sesgo que le es absolutamente propio
(en el caso del múltiple poeta portugués cuatro versiones de sí mismo).
Discípulos estimulados por buenos maestros, devuelven una nueva reformulación
de lo recibido, y ahora con su
propia impronta enseñan a quien
pasa a ser aprendiz de sus
alumnos.
Dado los tiempos que corren, el rol esencial
en esta dialéctica corresponde, sin duda,
a los maestros, ellos, son quienes hoy más que nunca deberán
disponerse a comprender a sus alumnos y
a saber estimularlos con la chispa de la pasión, si es que de verdad se plantean el
extraordinario y complejo desafío de la transmisión de ida y vuelta.
Dejando para mañana lo que puedas hacer hoy
Lo dicen así: “No dejes para mañana lo que
puedas hacer hoy”, claro que, pensando en eficacia y cosa de no posponer, uno
debiera todo el tiempo estar ocupándose del trabajo, los trámites y compromisos,
pero hete aquí que el hombre es un bicho complejo y otras facetas humanas no
son menores; la contemplación, la recreación, el juego e incluso el vagabundeo
vital nos son indispensables como la especie que somos. Alberto Cortéz (que en
general no me gusta) en el estribillo de una de sus canciones nos dice: “Ni poco ni demasiado todo es cuestión de
medida”. Decidir en un determinado
momento si entregarnos al deber u optar por el ocio puede tornarse un dilema.
Para que la eficacia se torne eficaz primero
hay que –al menos intentar- saber vivir y al respecto la ansiedad mata al
hombre y hiere a la mujer, que bueno en más de una ocasión “dejar para mañana
lo que puedas hacer hoy”.
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