lunes, 28 de abril de 2014

Defectuosos por generación espontánea

   Steven Spielberg, una de las notables figura destacadas de la industria cinematográfica norteamericana, no es casual  que así se posicione. Hijo de un ingeniero en sistemas y una pianista, hereda del primero la tendencia a lo tecnológico y de su madre la pasión y sensibilidad por el arte y el drama. Su marca en el negocio del cine está centrada justamente en un  talento especial que sabe  equilibrar lo técnico y lo humano  conmoviendo hasta al espectador más escéptico.
  Y qué bueno sería heredar de nuestros progenitores sus mejores dotes y aptitudes filtrando las no tan buenas (aunque no es lo que  suele suceder) debería existir un manual que nos enseñe a  potenciar sus virtudes y filtrar sus defectos.
  Así, superada la etapa de rebeldía hacia nuestros engendradores por la que todos debemos atravesar como parte de la construcción, saludable seria congraciarse sólo con las  cualidades de quienes,  sin habérselos pedido, a este mundo nos trajeron. Incorporar a la descendencia sólo nuestros dones, por ejemplo el buen carácter y la alegría de vivir de papá y la perspicacia y la disciplina de mamá.

¿Le suena a utopía? Claro que si, póngale la firma, lo que se nos pega fácil es el defecto, para las virtudes hay que machacar y machacar y machacar….. ¿Será por eso que como especie se nos hace tan difícil mejorar? 

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