domingo, 27 de abril de 2014

Aristas del consumismo

   Agua, tierra, siembra sol, y germen.
   Siglo XX cambalache explosión del capital  allá por  1920 en plena USA industrial; aumenta productividad, un bajón en la demanda urgente publicitar, dirigir y controlar,  marcas-logos y el estatus, cultura globalizante que chupo a todas las clases incluso el de más abajo que se fomente el comprar lo que no nos hace falta.
   Libramos al ser humano transfigurarse en exceso, mutó de ser habitante a mero consumidor y la publicidad descarna tensando a ricos y a pobres en ráfaga apabullante;  fábrica de adicciones y estructura  de violencia, la felicidad se ausenta no sólo del que nada tiene, sino del que solo “es” apenas por lo que tiene, entonces saber que se está comprando por qué y para qué lo quiero, se está volviendo esencial, no basta ser habitante y menos consumidor. Hoy ni ciudadano alcanza, si es “cui-da-dano” mejor.
  El límite nos cae mal; usar, tirar, vida útil, medio ambiente, agua finita y bendita basurales de a montañas que no dejan respirar. ¿Y la sustentabilidad? ¿Y el consumo conciente? palabritas al vacío sin un soporte que eduque, el contexto es diferente y necesitamos escuela que actualice el desafío. La naturaleza implora que le hagamos un lugar, salir de la propia casa es entrar en la de todos, sin entenderlo así ya no habrá  hogar para nadie.
  Consumismo del latín, del verbo consumere  a troche y moche es gastar o destruir hasta que el asunto se agote, patología que reemplaza necesidades reales por necesidades artificiales.

  Ya nadie se salvará solo: “Una cosa es consumir y otra consumirse a sí mismo”.

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