Aristas del consumismo
Agua, tierra,
siembra sol, y germen.
Siglo XX
cambalache explosión del capital allá
por 1920 en plena USA industrial;
aumenta productividad, un bajón en la demanda urgente publicitar, dirigir y
controlar, marcas-logos y el estatus,
cultura globalizante que chupo a todas las clases incluso el de más abajo que
se fomente el comprar lo que no nos hace falta.
Libramos al
ser humano transfigurarse en exceso, mutó de ser habitante a mero consumidor y
la publicidad descarna tensando a ricos y a pobres en ráfaga apabullante; fábrica de adicciones y estructura de violencia, la felicidad se ausenta no sólo
del que nada tiene, sino del que solo “es” apenas por lo que tiene, entonces
saber que se está comprando por qué y para qué lo quiero, se está volviendo
esencial, no basta ser habitante y menos consumidor. Hoy ni ciudadano alcanza, si
es “cui-da-dano” mejor.
El límite nos
cae mal; usar, tirar, vida útil, medio ambiente, agua finita y bendita
basurales de a montañas que no dejan respirar. ¿Y la sustentabilidad? ¿Y el
consumo conciente? palabritas al vacío sin un soporte que eduque, el contexto
es diferente y necesitamos escuela que actualice el desafío. La naturaleza
implora que le hagamos un lugar, salir de la propia casa es entrar en la de
todos, sin entenderlo así ya no habrá
hogar para nadie.
Consumismo del
latín, del verbo consumere a troche y moche es gastar o destruir hasta
que el asunto se agote, patología que reemplaza necesidades reales por
necesidades artificiales.
Ya nadie se
salvará solo: “Una cosa es consumir y otra consumirse a sí mismo”.
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