domingo, 27 de abril de 2014

Aristas de la adicción

   Puchos, fasos, timba y tragos, morfi, drogas; merca y paco.
   Los adictos al espejo, al afecto mal habido, los aferrados al juego y los que se lo comen todo devorándolo en exceso. A-dicción; lo que no logra decirse quedándosenos  preso adentro y explotando en el exceso. El corazón abre mano y ya no quiere soltar lo que al cerebro le agrada ¿Naturaleza del hombre la tendencia de hacer vicio? ¿Es que se hace o se nace para enchufarse con algo que no nos deje vivir?
  Hoy hay adictos al ciber, a Internet,  a la play, a las marcas, al éxito, al trabajo y a la eterna juventud. La culpa no es de la cosas ¿será esta cultura actual excitando a consumir hasta extinguirse en consumo? 
   Y no necesariamente es el adicto el violento, violenta es la sociedad que se niega a comprender que allí es donde estalla la bomba, por donde purga el sistema   
    En la adicción al consumo el mundo se hace más precoz, la Argentina a esto no escapa; puchos, pastillas y paco aquí tienen su guarida. En esto de consumir no hay barrios de privilegio todos quieren su porción  
    No al reconocer, no al aceptar, no al debatir, no a las preguntas, entonces se dice sí a la adicción. Legislar no es reprimir, sino que va en educar, anticipando el debate.

    Si acaso está  preso usted de alguna maldita adición, intente con mucho amor conectarse con la vida. Habrá que andar más atento para no llegar a extremos. Ser adicto es ser un preso y tal vez no exista nada ni tesoro más preciado que vivir en libertad.

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