Aristas de la adicción
Puchos,
fasos, timba y tragos, morfi, drogas; merca y paco.
Los adictos
al espejo, al afecto mal habido, los aferrados al juego y los que se lo comen
todo devorándolo en exceso. A-dicción; lo que no logra decirse
quedándosenos preso adentro y explotando
en el exceso. El corazón abre mano y ya no quiere soltar lo que al cerebro le agrada
¿Naturaleza del hombre la tendencia de hacer vicio? ¿Es que se hace o se nace
para enchufarse con algo que no nos deje vivir?
Hoy hay
adictos al ciber, a Internet, a la play,
a las marcas, al éxito, al trabajo y a la eterna juventud. La culpa no es de la
cosas ¿será esta cultura actual excitando a consumir hasta extinguirse en
consumo?
Y no
necesariamente es el adicto el violento, violenta es la sociedad que se niega a
comprender que allí es donde estalla la bomba, por donde purga el sistema
En la
adicción al consumo el mundo se hace más precoz, la Argentina a esto no escapa;
puchos, pastillas y paco aquí tienen su guarida. En esto de consumir no hay
barrios de privilegio todos quieren su porción
No al
reconocer, no al aceptar, no al debatir, no a las preguntas, entonces se dice
sí a la adicción. Legislar no es reprimir, sino que va en educar, anticipando
el debate.
Si acaso
está preso usted de alguna maldita
adición, intente con mucho amor conectarse con la vida. Habrá que andar más
atento para no llegar a extremos. Ser adicto es ser un preso y tal vez no
exista nada ni tesoro más preciado que vivir en libertad.
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